El regalo de dos bogavantes me puso manos a la obra y esta fue la cena de ayer, una preparación muy típica de Menorca y de Baleares en general, aunque allí suelen hacerla con langosta.
Receta sencilla donde las haya, quizá lo más “difícil” sea trocear los bogavantes, posiblemente no apto para todos los públicos 😇
Preferiblemente el bogavante debe estar vivo, mucho más sabroso que la versión congelada.
Empezamos cortando el pimiento en tiras, pelamos los ajos que dejaremos enteros y troceamos las patatas al gusto de cada uno.
En una sartén con abundante aceite ponemos los ajos, el pimiento y las patatas a fuego medio para que se vayan pochando.
Mientras se va pochando la mezcla vamos a trocear el bogavante. Separamos la cabeza de la cola y cortamos esta última en medallones aprovechando las anillas del “bicho”. Luego cortamos las pinzas y las golpeamos con el mazo para después de freírlo poder sacar la carne. La cabeza la cortamos longitudinalmente en dos mitades intentando no perder los jugos de su interior.
Sacamos las patatas, los pimientos y reservamos. En ese mismo aceite freiremos el bogavante, primero las pinzas unos tres minutos, luego las cabezas por el mismo tiempo y por último los medallones durante dos minutos.
Una vez frito el bicho, colamos el aceite y lo aprovechamos para freír los huevos y que se impregnen bien del sabor del bogavante.
Ahora en una paellera o bandeja grande colocamos la cama de patatas y pimientos, luego el bogavante frito y por último los huevos. Salamos con maldom y a disfrutar.
Un plato de este nivel debe tener un maridaje acorde, así que abrimos este champagne que deambulaba por la nevera.
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